
... y más agua, y parece que no se cansa el cielo de soltarla. Mañana lluviosa, solo aparece El Abuelo, y tras pensarnoslo un rato, decidimos rodar por el Megapark (craso error). A los 40 min, y bastante empapados ya, decidimos dejarlo, no sin que antes Ignacio bese el suelo. Al final solo un susto y el típico ronchón en un lado de la cadera que le acompañará varios días.
Después de comer, decido ir a nadar, si logro superar la modorra. Voy a las 15h, apenas gente en la piscina, y yo con la comida en la boca del estomago, logro llegar hasta los 4000 ms (palas, técnica, y hasta 10 x 50 ms detrás del pintor). Bien de brazos, pero a punto de vomitar.
P.D. Si mañana hace bueno, habrá que intentar salir con la bici, se ha acabado ya el descanso y empieza lo bueno.
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