
... tras dos vuelos angustiosos (para mí todos los vuelos lo son), llegamos a Munich (München para el navegador del coche), El abuelo, Juan Carlos y yo. Tras coger las bicis y comprobar que todo estaba en orden, cogemos el coche alquilado, y nos disponemos a dar un paseo agradable hacia Austria de 350 kms.
Llegamos a las 5 de la tarde con un calor bestial, previa parada en medio de la nada para comernos una tipica salchicha gigante germana. Enseguida divisamos el espectacular lago de color azul clarito que bordea todo el valle, y la feria montada para la ocasión de este Ironman.
Una vez recogidos los dorsales, y tras visitar la feria y gastarse unos euritos, vamos a la cena de la pasta (en mi caso sería la merienda pq a las seis quien coño tiene hambre... los alemanes, austriacos, Ignacio). Después de una hora dandole al comer y al beber (en Austria todo o casi todo tiene gas, que manía), nos dirigimos al hotel, el cual encontramos tras varios rodeos.
El hotel es una típica casa rural regentada por Otto (se llamaba Gunther pero ese nombre molaba más), y su estricta ama. Otto hacia de todo, cocina, chofer, mozo, mecanico, taxista...
En el hotel coincidimos con dos familias gallegas, con sus maridos dispuestos a derrotar a la bestia Ironman, mas Josu (euskoman), al que luego se añadiría su amigo Jake. Quizas esos dias previos y el día después de la competición, llenos de charlas, tertulias, risas, anecdotas, son los que hacen que te enganches con más fuerza si cabe a este deporte. To be continued...
1 comentario:
Joder Dani, no nos tengas asi de intriguados con este aperitivo de cronica, enrollate y cuenta ya el resto. Venga campeon, espero que las piernas y el cuerpo poco a poco se recuperen del palizon, ahh y mucha suerte para ese tri de tu tierra, saludos
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