CAPITULO 111 : IRONMAN AUSTRIA, PARTE 3

... podré o no podré con los 180 kms, las dudas me asaltan la cabeza tras mi mala experiencia en Zarautz. Me acoplo y rapidamente me olvido de pensamientos negativos, hoy es el día de mirar hacia delante sin temor. ¡¡ Horror ¡¡ , el cuentakilometros no me marca, por un segundo dudo en parar e intentar arreglarlo, pero el ritmo que llevo es comodo y la gente no me pasa con tanta facilidad, e incluso voy pasando a muchos, así que desisto de parar.

Km 20, el maillot cargado a tope de comida y la bomba balanceandose, hasta que en un bache se cae al suelo ¿paro o me arriesgo a completar 160 kms sin forma de arreglar pinchazo alguno?, por supuesto, no paro.

El circuito son dos vueltas de 90 kms. Es rápido aunque tiene dos cuestas en los kms 33 (1 km de largo), y 63 (2.5 kms), con alguna rampa al 10 %, más unos cuantos repechos de los que nadie nos había comentado nada.

Subo la primera rampa, y paso a un monton de gente, entre ellas a un par de españoles. Cuando corono y empiezo a bajar, se me junta un catalan, y me comenta que venía detrás mio, y que sabía que era del norte por como subia las cuestas. Dice que no está para sufrir mucho y le deseo suerte y sigo mi camino. Paso la segunda rampa, el ruido del speaker es estremecedor y se ve mucha gente animando. Sigo pasando a un monton de gente, las piernas marchan y aunque no tengo referencias de mi ritmo, siento que voy cómodo y rápido.

La última parte de las dos vueltas es muy rápida, sigo con el plato, rodando, bebiendo en todos los avituallamientos y comiendo cada 10 kms. Al llegar al final de la primera vuelta, en los últimos 500 ms, se agolpan miles de personas, y justo donde giras, 10 cheerleaders te hacen la ola. Me da por mirar el reloj, y ¡¡ joder ¡¡ 2 horas 38 minutos para 90 kms, a 34 kms/h. Por supuesto, más tarde lo pagaría.

Comienzo la segunda vuelta eufórico, sigo con el plato y sin sintomas de cansancio aún. Al acercarme a la primera rampa (123 kms), y ponerme de pie, noto los primeros sintomas de cansancio, la subo pasando gente pero las sensaciones son bien distintas. Corono, y comienzan una serie de repechos, la parte más dura de la prueba, el cansancio hace mella, no puedo mover ya el plato grande y paso al pequeño, y las dudas aparecen en mi cabeza ¿podré acabar?, justo en ese momento, un tio se me pone a la par, me habla como si en vez de un Ironman, estuviera rodando en su casa, por supuesto es El Abuelo, que fino va el tio. Le digo que siga, que ya le veré en meta y eso hace, desaparece. Pasan 5 kms y veo a Ignacio parado en un lado, tiene algun problema, le digo que si necesita algo y me dice que siga. Al cabo de 3 kms, me vuelve a pasar como un loco, lleva un acople roto pero de motor va sobrado, pasa a unos 10 tios que se le pegan, y los veo alejarse.

La segunda rampa esta ya muy cerca y temo que no pueda subirla ni con el 27, pero de repente, me acuerdo. Ignacio me dió un "ibuprofeno", el solía tomar dos durante la prueba, y aunque me da miedo por el estomago, tras comerme media barrita me lo tomo. Llego a la rampa y meto el 27 directamente, no estoy ya para probaturas. Subo penando, y aún así paso a algunos austriacos y a alguna alemana, vaya patas. Corono, y me pongo de pies para probar mis cansadas piernas, y... milagro, siento que el dolor desaparece, y comienzo a rodar otra vez acoplado y puedo mover el plato. Ya ha pasado lo peor y tras un par de repechos empiezo la bajada hacia la meta. Llego, y nos meten por un camino estrecho, la gente no para de animarte, miro el reloj y calculo que voy a hacer 5 h 37 min, un gran tiempo que hubiera firmado antes de salir, un mal tiempo después de como fui la primera vuelta (para Lanzarote habrá que hacer tiradas más largas).

Me bajo de la bici con buenas sensaciones, cojo mi bolsa de correr y me preparo en la zona de transición. Ya no queda nada, bueno, un Marathon...